Razonamiento verbal

  • Ejercicio

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Instrucciones: Responde las siguientes preguntas.


  • Identifique la idea secundaria del texto.


    Una de las primeras formas en que el ser humano buscó entender el complejo proceso que llamamos vida, fue recolectar y clasificar especímenes, con el fin de organizar y estudiar la diversidad de los millones de organismos que habitan nuestro planeta. Sabemos, por ejemplo, que las culturas prehispánicas tenían sistemas de clasificación propios muy desarrollados; de hecho hay historiadores que afirman que los mexicas eran capaces de catalogar como diferentes a familias de plantas tan semejantes en apariencia que los autores europeos las distinguieron hasta siglos después.


    En Tenochtitlan hubo espléndidos jardines botánicos, como los de Chapultepec, el Peñón, Atlixco y Oaxtepec. Este último fue el más famoso, porque después de la conquista, se instaló en él un hospital que aprovechaba sus plantas medicinales.


    El conocimiento que nuestros antepasados tuvieron de los animales puede apreciarse en la nomenclatura precisa con la que los designaron y en la fidelidad de las representaciones zoomorfas que hay, por ejemplo, en los códices mayas.

  • Lea el texto y responda.

    Los griegos

    Durante la Edad Micénica, las armas se hacían con la aleación de cobre y estaño que llamamos bronce. Los héroes de La Ilíada arrojaban lanzas con puntas de bronce contra escudos de bronce y esgrimían espadas de bronce, según la cuidadosa descripción de Homero. El bronce era a la sazón el metal más duro del que disponían los griegos, y el período en que se usó en la guerra es llamado la Edad de Bronce.

    El hierro era conocido por entonces y los hombres comprendieron que se lo podía tratar de tal modo que fuera más duro que el bronce. Pero no se conocían métodos para obtener hierro de los minerales que lo contenían, de manera que el único hierro disponible provenía del ocasional hallazgo de hierro metálico en la forma de un meteorito. Por eso, los micénicos lo consideraban un metal precioso.

    Isaac Asimov

    ¿Qué se puede inferir del texto sobre la descripción de los metales?

  • Selecciona la opción con el par de palabras que muestra una relación ANÁLOGA a las que están en mayúsculas.

    CANAS - VEJEZ
  • Reactivo liberado en las guías de examen 2019 de la COMIPEMS, UNAM y CENEVAL; con autorización de uso sin fines de lucro en pruebat.org

  • Lea el texto y responda.


    Ilíada


    Dijo, y, blandiéndola, arrojó la pica, de luenga sombra.

    Y el esclarecido Héctor la vio venir de frente y la esquivó,

    pues previó la dirección y se agachó; y la broncínea pica pasó volando por encima y se clavó en el suelo. Palas Atenea la sacó
    y se la devolvió a Aquiles sin que Héctor, pastor de huestes,

    lo notara. Y Héctor dijo al intachable Pelida:

    «¡Has errado, Aquiles, semejante a los dioses!

    ¡No conocías gracias a Zeus sino contra lo que afirmabas! No has resultado ser más que un charlatán y un embustero

    que quería asustarme para hacerme olvidar la furia y el coraje.

    No será por la espalda y huyendo como me clavarás la pica;

    ¡en el pecho, según vaya furioso en derechura, húndemela,

    si es que el dios te lo ha otorgado! Mas esquiva mi pica

    broncínea primero: ¡ojalá se te meta entera en el cuerpo!

    La guerra se volvería más liviana para los troyanos

    con tu muerte, pues eres para ellos la peor calamidad.»



    Homero

    Identifique las características de Héctor a partir del texto.

  • Identifique la idea principal del texto.

    Vacas, cerdos, guerras y brujas

    Algunos de los estilos de vida más enigmáticos exhibidos en el museo de etnografía del mundo llevan la impronta de un extraño anhelo conocido como “el impulso de prestigio”. Según parece, ciertos pueblos están tan hambrientos de aprobación social como otros lo están de carne. La cuestión enigmática no es que haya gentes que anhelen esta aprobación social, sino que en ocasiones su anhelo parece volverse tan fuerte que empiezan a competir entre sí por el prestigio como otras lo hacen por tierras o proteínas. A veces esta competencia se hace tan feroz que parece convertirse en un fin en sí misma. [...] Se diría que estamos más interesados en trabajar para conseguir que la gente nos admire por nuestra riqueza que en la misma riqueza, que muy a menudo no consiste sino en baratijas de cromo y objetos onerosos o inútiles.

    Marvin Harris